miércoles, 7 de octubre de 2009

Sobre como ser mujer y no morir en el intento

Queridos feonautas, tengo motivos para sembrar la alarma social. Me he puesto a pensar.
Desde hace algún tiempo me tiene medianamente preocupada el papel social de la mujer en general y el mío en particular. Dios sabe que juré delante de los estatutos que jamás aprovecharía este blog para hablar de algo serio, pero no he podido refrenar mis impulsos.
Y es que desde hace algún tiempo me veo agobiantemente rodeada de mediocridad. Sabe Dios también que soy una gran amante de la vulgaridad, pero ésta últimamente se me está haciendo insoportable porque veo que pretende transformarse en grandeza, en impositivo moral y en doctrina preponderante. Y eso no lo aguanto.
Hablé hace unos días con Moderno y Wesley de lo difícil que es ser mujer y algunas de las conclusiones que obtuvimos no han parado de bombardearme. Ser mujer es algo más que sentirse deseada; es pelear con una misma sabiendo que jamás vas a ganar la batalla. Además tienes que desdoblar tus fuerzas para pelear también contra el mundo. Esa guerra sí que no la vas a ganar.
Peleas por tus miedos. Peleas para abatir los de los demás. Peleas por volver a entrar en aquel pantalón que hace algún tiempo que no te pones. Peleas por demostrar tus capacidades a un mundo que te subestima, que considera que tu expresión individual es "expresión femenina" o, la todavía más hiriente, "feminista".
Y pienso yo, que debo ser un poco lerda, -¡Qué coño es la expresión femenina!-. De existir ésta, tendría que haber una "expresión masculina". Me despista, me confunde y acaba por cabrearme hasta hacer estallar mis femeninos ovarios.
Doy por hecho que todo aquel que esté familiarizado con términos tales como "literatura femenina" sabrá de que estoy hablando. Lanzo la pregunta otra vez, ¿Qué coño es la literatura femenina/ feminista?. ¿Acaso una literatura que se pretende anti- hombres vagos, calvos, gordos y machistas anclados en el pasado?.
Me parece muy pobre que la expresión de un individuo de sexo femenino se le cuelgue esa etiqueta tan desacertada y que por ello el individuo masculino no se acerque a ella, sabe Dios porqué. Porque cuando tenemos algo que decir no hablamos de "cosas de mujeres/mujeriles", porque cuando nos expresamos artísticamente a partir de nuestra voz no siempre queremos enseñar las piernas. Porque me aburre mirar a las mujeres de mi tiempo y ver tetas y mirar a muchos hombres revestidos de una actitud de pseudointelectualidad. Porque me asombra que la voluntad más inquebrantable se venga abajo si le enseñas el culo. Porque no entiendo a este mundo ni a mi sexo. Tampoco al otro.
Y porque me da por culo sin ápice de placer que al pensar en una "mujer diez" todos pensemos en Pilar Rubio paseándose medio en bolas por la Sexta.
-Niña, por favor, tapate-

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