lunes, 21 de septiembre de 2009

Huérfano y del hospicio

"Hija, búscate un novio que sea huérfano y del hospicio, hazme caso". Esta frase nos la repitió frecuentemente mi madre a mi hermana y a mí durante nuestra infancia, pero creo que no le prestamos el debido crédito. Eso, y que el amor es lo que tiene, que no se para a sopesar si le interesa o no tener familia política. Porque la familia de tu novio o novia, por mucho que lo intenten ellos y lo intentes tu, nunca será tu familia. Pudes tener más o menos suerte, que se parezca más a tu propia familia o menos, pero en la mayor parte de los casos será un choque de costumbres similar al choque cultural entre oriente y occidente (por poner algún ejemplo significativo). Es un tira y afloja constante en cuanto a la concesión de manías y formas de hacer las cosas, y sólo tienes dos opciones: o cedes en la mayor parte, o te impones (y entonces probablemente serás malisísima). Yo soy de la opinión de que si no puedes vencerles, únete a ellos. Entre otras cosas, porque si quieres compartir tu larga vida con una persona, no te queda más remedio, pero prefiero pensar que lo hago por propia voluntad.
De todos modos, cuando tenga hijos, les repetiré la consabida frase de mi madre hasta hartarme, por si alguno me hace caso.

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