martes, 15 de septiembre de 2009

Cómo NO se deben hacer las cosas



Amigos, amigas, simpatizantes y detractores; os voy a sermonear con un consejo que carece de interés y moraleja pero como se trata de una vivencia personal quiero compartirla con vosotros, el universo y el vacío.
En uno de esos lunes de dieta comí judías verdes sin más -cosa no recomendable por si sola- y después fui andando al gimnasio, donde estuve apunto de vomitar aire debido a mi más que deficiente forma física.
La satisfacción personal que experimenté en la ducha después de la hiperventilación fue increíble. Pulmones abiertos, hidratación, relajación, bienestar, todo ello como en una especie de comunión de mente y cuerpo. Me sentía realizada, guapa, ligera, fibrosa, con vientre plano y con el culo en mi sitio y con esa sensación me encaminé a Segovia con Moderno, dispuesta a prolongar mi comunión con el Espíritu Santo de la Pérdida de Peso durante todo el fin de semana.
Llegamos a Atocha con tiempo de sobra. Pueden imaginarse aquello, taxis, autobuses, un calor sofocante y la polución haciendo de la atmósfera un elemento casi sólido. No estaba dispuesta a esperar bajo aquella nube que amenazaba con abortar mi catarsis y es por ello que me encaminé a un climatizado bar para tomar un refresco light.
Cruzamos aquellos interminables pasos de cebra que radian desde la estación de Atocha para llegar a la parroquía más cercana. Vislumbramos una a lo lejos y aceleramos el paso. Mi renovada energía crecía cada vez más mientras pensaba en una merienda a base de 10 mililitros de zumo de melón y una cena de ensalada con la que no ganas peso sino que además dejas a deber.

Si les digo que el diablo se esconde bajo la apariencia de un amigo, creánme. Ahí acabó mi dieta, la más corta de la historia pues no sobrevivió ni 12 horas. No voy a justificarme por mi debilidad de ánimo y mi absoluta carencia de voluntad pero simplemente quiero añadir que fue sencillamente imposible no acompañar mi refresco light de unas buenas patatas con chorizo.

Refreco light: 0 puntos.
Tapa de patatas al ajillo con chorizo frito: no tiene precio.

7 comentarios:

  1. Jajajaja, qué grande! Si es que os lo digo yo, tenéis estilo!

    Por cierto, la próxima vez inténtalo con un refresco light en lugar de uno ligth, seguro que ganas menos peso (sí, ya estoy dando por culo otra vez con la puñetera ortografía, jajaja)

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  2. De eso tiene la culpa el corrector ortográfico, que con los anglicismo se comporta de una manera muy especial.
    De todos modos extraigo el artículo 2º de nuestros estatutos. Pensé que nunca tendríamos que llegar a ésto pero, en fín Wes, tú lo has querido:

    Artículo segundo de la presente Carta Magna.

    2- Dios mediante, quedan autorizados los atentados lingüísticos, expresiones agramaticales y pobreza de estilo sin sanción alguna para el infractor.
    2.1- Las faltas de ortografía merecen una mención de honor por ser ellas la más clara muestra del propósito desenfadado, revelde e insultante de este blog.

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  3. Queda corregido. Tampoco es cuestión de escandalizar gratuitamente...

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  4. Jajajajajaja! Qué grandeza! El punto 2.1 merece un monumento.

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  5. Si, reVelde del latin reBellis. Ese punto está en discusión. Está muy bonito ser filólogos y levantarse contra el sistema escribiendo mal aposta, pero llegar tan lejos...
    Aunque veo que es lo que más está dando que hablar y con tal de hablen de una, que lo hagan aunque sea mal...
    ¿No crees?

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  6. Yo voto por la abolición de la diferencia b-v. Bueno, voto y boto, de hecho.

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  7. Bueno amigos, ya sabéis que "en la vida hay que hacer cosas que joden" como "pisar una mierda o trabajar". Lo de las llamadas faltas es otra de esas cosas... Moure Casas es capaz de hundirte en la miseria con dos faltas en un examen. Si no, que se lo pregunten a uno de estos dos "engendros" que escriben este blog.

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